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RESUMEN DE CONCLUSIONES


Del estudio hecho se pueden derivar algunas conclusiones:

  1. No hay un registro único de los homicidios para el Putumayo, situación que se presenta en general en los contextos rurales colombianos en los que hay organizaciones al margen de la ley luchando por controlar un territorio (algo parecido ocurre en el Urabá). Tampoco es factible determinar qué porción de los homicidios que registra una fuente está contenida en la otra y viceversa (ver anexos 4 y 5). Las diferencias de registros entre la Policía Nacional, la Defensoría del Pueblo y Medicina Legal son notables para el Putumayo (ver cuadros en el anexo). Comparando la información de la Policía y la Defensoría entre 1996 y 1999 se tiene que la segunda fuente registra muchos más homicidios, pero la tendencia es a que cada vez más se aproximen (ver gráfico en el anexo 4).

  2. Los homicidios en los últimos años se concentran ante todo en la zona del bajo Putumayo y sus tasas por cada cien mil habitantes son significativas en Puerto Asís, Valle del Guamuez, San Miguel, Puerto Caicedo (versión Defensoría para este municipio) y Orito (ver Anexo 2). Coinciden los altos índices de homicidio con las zonas que presentan mayor dinámica económica, principalmente alrededor de las actividades de la coca y el petróleo. Igualmente donde actúan organizaciones al margen de la ley entre las que se destacan los Frentes 32 y 48 de las Farc y las autodefensas (Cuadro 1, más adelante). En el medio Putumayo los índices de homicidio son menores pero no sobra destacar que adquieren niveles importantes en Mocoa, la capital (Cuadro 2). En el bajo Putumayo son inferiores al promedio departamental y nacional (Cuadro 3).

  3. Las autodefensas están golpeando desde 1998 principalmente en Puerto Asís, Valle del Guamuez (La Hormiga), Orito, San Miguel y en general en el bajo Putumayo. Son estos los municipios de los que las Farc derivan sus principales entradas financieras principalmente a partir de la economía de la coca y es explicable que las autodefensas busquen disminuir su poder financiero y en esa medida reducir su poder militar y su control sobre tan importante área. Es comprensible por ello que estos municipios registren tasas de homicidios muy elevadas, que en los dos últimos años hayan tendido al alza y que sean los principales escenarios de los desplazamientos de población.

  4. Los Frentes 32 y 48 de las Farc son los que presionan con mayor fuerza en el bajo Putumayo y de esta región derivan una significativa cantidad de recursos, principalmente de la coca, pero también de la economía petrolera. Aprovechan la frontera para el contrabando de armas, municiones y para el tráfico de insumos. Por ello, esta es una zona estratégica para la organización alzada en armas y se prevé por esta razón que estarán dispuestas a luchar para mantener su influencia. Es de resaltar que los ataques de las Farc a la Fuerza Pública no sólo son frecuentes sino sobre todo contundentes. En la región ocurrió la toma de Las Delicias y algunos otros ataques con gran cantidad de bajas en las fuerzas militares. La infraestructura ha sido afectada en forma importante. Tampoco se debe olvidar que el Putumayo fue escenario en 1995 y 1996 de las denominadas marchas cocaleras detrás de las cuales estuvieron en buena medida las Farc intentando neutralizar las fumigaciones.

  5. Las regiones del medio y el alto Putumayo no están tan afectadas como el bajo Putumayo en términos de siembras de coca, homicidios (con la excepción de Mocoa y Colón) y desplazamientos de población. No obstante, son zonas en las que también se vive la intensidad de la confrontación entre fuerzas irregulares y que le sirven de espacio a la economía ilegal para el paso de insumos y la salida de la droga.


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