La promoción y protección de los derechos humanos de los
indígenas, población especialmente vulnerable, hace parte
de la Política de Promoción, Respeto y Garantía de
los Derechos Humanos y de Aplicación del Derecho Internacional
Humanitario 1998-2002 del actual gobierno. En ella se ha definido como
prioridad proteger la vida, integridad personal y libertad de aquellas
personas que son víctimas de amenazas y hostigamientos, masacres
y muertes dentro del marco del conflicto armado.
La problemática de los pueblos indígenas en materia de derechos
humanos, particularmente en lo que hace referencia a la violación
del derecho a la vida, es objeto de atención especial por parte
del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, que impulsa espacios
de concertación con las propias comunidades, estimula el trabajo
de las entidades encargadas y recoge las iniciativas de las propias comunidades.
Son representativos de los esfuerzos de los grupos indígenas para
mantenerse fuera de la confrontación armada las iniciativas que
han sido postuladas para el Premio Nacional de Paz propuestas por la Organización
Indígena de Antioquia, OIA, la comunidad de indígenas yaconana
del Resguardo de Rioblanco del Municipio de Sotará, Cauca, los
uwas; las familias wayuu de la Guajira, que firmaron un pacto de paz,
la comunidad Paéz de Gaitanía, en el Tolima, y el galardonado
Proyecto Nasa de Santander de Quilichao.
El Gobierno nacional trabaja actualmente en dar un nuevo impulso a la
Comisión Nacional de Derechos Humanos para los Pueblos Indígenas,
creada mediante el decreto 1386 de 1996 con el fin de promover la política
gubernamental. Gracias a dicha Comisión ha sido posible plantear
estrategias tendientes a resolver las dificultades que vive este sector
de la población colombiana, teniendo presentes sus usos, costumbres
y cosmovisión. Desde esta perspectiva, la Comisión es un
espacio constructivo de diálogo que contribuye a la conciliación
y al entendimiento de la problemática de los resguardos indígenas
y sus zonas de influencia, y permite al gobierno nacional acceder a un
conocimiento directo sobre la realidad que viven los indígenas,
su percepción sobre temáticas de relevancia nacional como
el procesos de paz y sus implicaciones, y establecer las dimensiones del
conflicto en sus territorios.
La Comisión está conformada por representantes indígenas
de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC,
la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía
Colombiana, OPIAC, los Cabildos Indígenas del Tairona, CIT, invitados
de otras comunidades, funcionarios del Gobierno nacional, la Procuraduría
General de la Nación, la Fiscalía General de la Nación
y la Defensoría del Pueblo. Además, recibe asesoría
de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos. La Comisión tiene a su cargo el análisis de temas
de marcada importancia en relación con casos individuales de violación
de derechos humanos que afectan de manera particular a diferentes comunidades
indígenas como la huitoto-barí, la chimila, la zenú,
la nukak, la del Alto Naya, la arhuaca y la de Nariño, entre aquellas
que han presentado las denuncias más recientes.
La Comisión, en conjunto con diversas instituciones de la sociedad
civil y de la comunidad internacional, presta atención humanitaria
en casos de violaciones de los derechos humanos de los indígenas.
Así, se ha atendido a las comunidades embera y tules en Juradó,
Choco, las Comunidades páez del Alto Naya en los departamentos
de Cauca y Valle, las comunidades arhuaco, wiwa, kogi, kankuano y yukpa
de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá,
departamentos de Magdalena, Guajira y Cesar, las comunidades embera-katío
del Alto Sinú, departamento de Córdoba, y las comunidades
barí de Norte de Santander.
Igualmente, la Comisión se ocupa de asuntos más generales,
de interés para todos los pueblos indígenas. Entre ellos
se cuentan la elaboración de un Estatuto Especial de Protección
de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, la inclusión
del tema indígena y de los derechos de los indígenas en
el proceso de paz, la atención al desplazamiento forzado de indígenas
en el marco del Programa de Atención de los Pueblos Indígenas
Víctimas de la Violencia, la financiación de programas de
urgencia, las estrategias de acercamiento con la Fuerza Pública,
y los cultivos ilícitos. La Comisión adquirió una
nueva dinámica con una propuesta de atención integral concertada
con la población indígena afectada por estas problemáticas
de los derechos humanos en medio del conflicto armado.
La Dirección general de Asuntos Indígenas del Ministerio
del Interior tiene también funciones en cuanto a la protección
y defensa de la población indígena: tramita denuncias sobre
la vulneración de los derechos de la población indígena
colombiana, promueve la inclusión del componente de derechos humanos
en los planes de desarrollo de aquellos municipios que tienen asentamientos
indígenas, participa en comisiones interinstitucionales encargadas
de evaluar situaciones especiales como la indigencia de indígenas
en Bogotá y la posición embera-katío respecto al
conflicto interno. Además, participó en el acompañamiento
al proceso de retorno de las comunidades indígenas desplazadas
que se encontraban en Bahía Cupica y Turbo y en la cuenca del Cacarica,
en los departamentos de Chocó y Antioquia.
La Red de Solidaridad Social tiene a su cargo la atención a los
problemas relacionados con el desplazamiento de indígenas. Por
su parte, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar atiende los casos
de niños indígenas afectados por el Conflicto Armado. De
manera especial, el Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH de
la Vicepresidencia de la República presta atención a situaciones
de violación de los derechos humanos de las comunidades indígenas,
colaborando en el trámite de denuncias y en la atención
de casos. Su intervención ha sido solicitada en particular por
el CRIC, la ONIC y la comunidad embera. En el último mes gestionó
recursos que permitieron a cinco comunidades indígenas realizar
eventos especiales.
El Programa de Protección a Testigos y Personas Amenazadas, de
importancia vital en la política de derechos humanos del actual
gobierno, incluye la protección de líderes indígenas
y el blindaje de sedes de organizaciones indígenas.
La Fuerza Pública viene fortaleciendo sus actividades en las regiones
donde, de acuerdo con la información de las autoridades indígenas,
están en peligro las comunidades. Durante este año han sido
objeto de gestiones especiales por parte del Ministerio de Defensa las
situaciones de violencia que afectan a la comunidad de los embera-katio
del municipio de Tierralta, en el departamento de Córdoba, los
casos del homicidio del líder José Ángel Domicó
Jarupia, de la misma comunidad, la desaparición del líder
indígena Kimi Pernia Domicó, y las amenazas en contra del
líder Emiliano Domicó Majore, la situación de los
embera-chamí de Pueblo Rico, Risaralda, el homicidio de los indígenas
Víctor Manuel Villazón, Eneida Arias y Fredy Arias en Rioseco,
Córdoba, las amenazas por parte de grupos al margen de la ley contra
la comunidad de la región del Alto Naya en el Cauca, y la comunidad
del municipio de Morales, Cauca, y de los resguardos Munchique y Canos
en Santander de Quilichao, Cauca, el secuestro de Reinero Jurado y Fabio
Ruiz Cajas en San Miguel, Putumayo, la presencia de grupos de autodefensa
y el Homicidio del indígena Fredy Hamilton Piaguaje en Puerto Asís,
Putumayo, los casos de la comunidad bari en Catatumbo y Río de
Oro, Santander, las problemáticas indígenas en San Andrés
de Sotavento, Córdoba, las amenazas por parte grupos de autodefensa
contra las comunidades de Chimila Issaurituna en Sabanas de Ángel,
Magdalena, resguardos de San Juan del Cesar en la Guajira y presuntas
irregularidades de miembros de la Fuerza Pública.
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