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Homicidio y secuestro 1999

En este boletín hacemos un avance sobre dos indicadores generales, las muertes violentas y los secuestros, a la espera de que se consoliden cifras más precisas sobre violaciones de los Derechos Humanos e infracciones del Derecho Internacional Humanitario. Incluimos variadas fuentes con el propósito de hacer precisión sobre aspectos específicos, y brindar de esta manera una visión integral y desde diferentes ópticas sobre la situación que vive Colombia.

El nivel de homicidios en 1999 fue indudablemente alto (hubo 24.081 víctimas, lo que arroja una tasa de 58 por cada cien mil habitantes). Según la Policía Nacional, mientras el homicidio subió en un 4%, las víctimas de homicidios múltiples -con cuatro o más muertes según la misma fuente-, crecieron en un 36%. Las víctimas de masacres -tres o más muertes según la Defensoría del Pueblo- se incrementaron en la misma proporción (pasaron de 1366 a 1863) mientras que si bien según las cifras del Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos -cuatro o más muertes- el número se mantuvo en el mismo nivel, las 1367 víctimas no hacen sino confirmar la gravedad de la  situación  registrada.


El elevado nivel de los  homicidios y en especial de las masacres en 1998 y 1999 muestra la ofensiva de las autodefensas y las guerrillas contra la población civil. Es importante anotar que a las autodefensas atribuye la Defensoría del Pueblo el 37% de las víctimas de masacres, mientras que el  Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos  las responsabiliza del 64% de los casos y  el CINEP- Justicia y Paz, por su lado, de un 53% (850 víctimas de las autodefensas, en un total de 1594 homicidios hasta septiembre de 1999)1.

Para el Ejército, el 45% de los civiles muertos fuera de combate, murieron en ataques perpetrados por las autodefensas. Sin embargo, la guerrilla también está adelantando una ofensiva contra la población civil. El 17% de las víctimas de masacres son de su responsabilidad, según la Defensoría del Pueblo. Por su parte, el Ejército atribuyó a la subversión el 55% de los asesinatos de civiles, si se toma la cifra de 1651, contabilizados por esta fuente en todo el año. Lo anterior se produjo en un contexto de intensificación de la confrontación armada. Los guerrilleros dados de baja pasaron de 739 a 1079, mientras que el número de bajas en las Fuerzas Militares descendió de 451 a 358. Esto muestra enormes costos humanos para las dos partes.

El secuestro también experimentó un incremento notable. Según la Policía Nacional, en 1999 se registraron 2663 secuestros, la cifra más alta desde 1991. Para la organización País Libre, el aumento fue del 38%, pues pasó de 2216 secuestrados en 1998 a 2945 en 1999. Según el Programa para la Defensa de la Libertad Personal, hubo un leve aumento en 1999 respecto al año anterior, pues se pasó de 2904 a 3006 víctimas, incluyendo el secuestro simple, que no se toma en cuenta en la cifra de la Policía Nacional. En esta cifra es importante resaltar el incremento del 16% en los secuestros extorsivos económicos (2010, la cifra más alta de los últimos cuatro años; el año pasado hubo 1611 víctimas de este delito) y en los secuestros extorsivos políticos (se pasó de 340 a 422). Esta situación refleja ante todo la acción de la guerrilla. Las cifras sobre el secuestro ponen de manifiesto el incremento de la práctica de los secuestros múltiples (las denominadas pescas milagrosas”, o retenes ilegales montados en las carreteras para secuestrar personas particulares escogidas según conveniencias económicas), manera muy particular de mezclar los objetivos económicos con los propósitos políticos.

1 Sumando los homicidios de personas protegidas por el Derecho Internacional Humanitario y las víctimas de violencia político-social.


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